Green Rhino se contruye en torno a su equipo. En el corazón de la operación se observa un amplio y abierto espacio de producción y laboratorio de desarrollo: un lugar donde el equipo puede crear e innovar.

El proyecto encarna la ambición de Richard de redefinir la experiencia de la panadería, rompiendo las barreras entre el equipo de trabajo y los clientes y, desmantelando la jerarquía tradicional de las cocina. Cada miembro del equipo es valorado, reconocido y respetado.

Si llegas justo antes de cerrar, es tan probable que encuentres a Richard limpiando el piso como a cualquiera de su equipo: ningún trabajo es demasiado grande o demasiado pequeño en Green Rhino. No hay nada que Richard pida a su equipo que no haría él mismo. Esto es lo que Richard cree que se requiere para ser un buen panadero y un buen líder.

La gente de Green Rhino es su núcleo y tiene el potencial de convertirla en una panadería de talla mundial; Richard cree que si su equipo está contento, sus clientes también lo estarán. La gente de Green Rhino son el alma del lugar y clave para para convertirlo en algo increíble. Richard está convencido: si su equipo está contento, los clientes estarán contentos.

Esta filosofía se extiende a la carta e ingredientes. En lugar de seguir el camino trillado, Richard y su equipo están creando productos únicos que hablan del lugar, sumergiéndose en la extraordinaria materia prima de México. Desde las vibrantes frutas tropicales hasta el chocolate inigualable, la visión es abrazar y enaltecer estos tesoros locales, asociándose directamente con los agricultores y productores que los cultivan.